Enzimas digestivas: ¿qué son y cómo influyen en la digestión?

Las enzimas se definen como los catalizadores de las reacciones bioquímicas que se producen en el organismo, es decir, moléculas que se encargan de acelerar el ritmo de alguna acción biológica, pero sin participar en dicha reacción. Probablemente, no se ha valorado adecuadamente el trabajo tan importante realizado por estas sustancias.

Sin embargo, aunque las enzimas no intervienen en la reacción, toda reacción química requiere de una enzima específica para llevarse a cabo porque, si no es así, tardaría mucho tiempo en que ocurriera o incluso no se produciría.

¿Qué son las enzimas digestivas y cómo funcionan?


Cualquier ser vivo, ya sea animal o planta requiere la presencia de enzimas para continuar viviendo. De hecho, cualquier alimento crudo y fresco contiene sus propias enzimas que ayudarán a su digestión.

Estas enzimas descomponen los alimentos en componentes muy pequeños para que el organismo los pueda absorber. Desgraciadamente, calentando la comida se desactivan estas enzimas volviéndose incapaces de cumplir su función.

Las enzimas digestivas son sustancias clave en nuestro sistema digestivo que nos ayudan a descomponer los alimentos que consumimos. Son proteínas especializadas que actúan como catalizadores para acelerar las reacciones químicas de la digestión. Funcionan descomponiendo los carbohidratos, las proteínas y las grasas en moléculas más pequeñas que nuestro cuerpo puede absorber y utilizar para obtener energía y nutrientes.

Las partes del sistema que participan en la secreción de enzimas son la boca, el estómago, el intestino delgado (sobre todo, el duodeno), páncreas, hígado y vesícula biliar. En el colon existen enzimas, pero provienen de la microbiota intestinal y no son segregadas por el organismo.

Es evidente que una microbiota equilibrada contribuye a una digestión adecuada de los alimentos, además de sus múltiples funciones.

Los diferentes tipos de enzimas digestivas y sus roles específicos

Existen diferentes tipos de enzimas digestivas, cada una con un rol específico en la descomposición de diferentes tipos de alimentos. Trabajando juntas, estas enzimas aseguran una adecuada digestión y absorción de los nutrientes.

Enzimas que actúan sobre los hidratos de carbono

  • Amilasas. Las amilasas son un grupo de α-enzimas. Aquí es el momento de hacer un inciso y es que el organismo solamente posee enzimas tipo α, esto explica que no pueda digerir la fibra alimentaria hasta que llega al lugar donde se encuentran las ß-enzimas de las bacterias de la microbiota que proceden a su fermentación.
    La ptialina de la saliva y la α-amilasa pancreática son las enzimas encargadas de romper las cadenas del almidón en piezas más sencillas como la glucosa, la fructosa y la galactosa.
  • Lactasa. La lactasa es la enzima que hidroliza la lactosa en sus componentes principales, glucosa y galactosa. La lactosa se encuentra en la leche de los mamíferos y su concentración está relacionada de manera inversa con su contenido graso y proteico.
    Hay que hacer hincapié en la importancia actual que tiene el aumento significativo de debutantes como intolerantes a la lactosa ¿una moda? Los estudios relacionan la dependencia de la actividad enzimática de la disponibilidad de sustrato, es decir, a menores cantidades de lactosa en la dieta, menor actividad lactasa.
  • Sacarasa. La sacarasa, también llamada invertasa, es una enzima secretada por las microvellosidades intestinales. Se encarga de desdoblar la sacarosa en fructosa y glucosa.
    Curiosamente, la producción de sacarasa aumenta en el intestino delgado a media que la secreción de lactasa y la necesidad de lactosa disminuyen.
  • Maltasa. La maltasa descompone el disacárido de maltosa en dos moléculas de glucosa. En función del pH presenta mayor o menor actividad de tal manera que en el estómago no actúa, ejerciendo su efecto en la boca y en el intestino delgado donde el pH es más neutro.

Enzimas que actúan sobre las proteínas

  • Proteasas y peptidasas. Son un grupo de enzimas que hidrolizan las proteínas y, posteriormente los péptidos. Con ello se consigue reducirlos a aminoácidos para que sean absorbidos. Entre las proteasas podemos destacar:

    Elastasa que se encarga de romper la elastina.
    Tripsina y quimotripsina que actúan sobre las proteínas dejando aminoácidos libres.
    Nucleasas que degradan los ácidos nucleicos en nucleótidos y nucleósidos.

    Hay que destacar que la actividad de estas enzimas disminuye con la edad lo que puede explicar ciertos trastornos digestivos.
    En ese sentido, es interesante tener presente que enzimas vegetales como las presentes en la piña o la papaya mejoran la digestión de proteínas y péptidos.

Enzimas que actúan sobre los lípidos

  • Lipasas y fosfolipasas. Concretamente la α-lipasa pancreática es segregada por el páncreas para hidrolizar las grasas de los alimentos con el fin de que se puedan absorber. Como resultado, se obtiene 2 ácidos grasos libres y un ß-monoglicérido. La emulsión de ácidos y sales biliares permite la absorción final de los ácidos grasos procedentes de los triglicéridos.
    La fosfolipasa tiene una acción similar, pero sobre los fosfolípidos.

Beneficios para la salud de las enzimas digestivas


Las enzimas digestivas brindan grandes beneficios para la salud. Sin enzimas digestivas, es decir, sin ese trabajo en conjunto para descomponer los alimentos y extraer nutrientes, no podríamos sobrevivir.

Entre los principales beneficios de estas enzimas se puede destacar:

  • Aumento de la absorción de nutrientes

Si no hay suficiente cantidad de enzimas, no se podrá obtener los beneficios y nutrientes esenciales de los alimentos, lo cual puede llevar consigo un déficit en determinados nutrientes aun comiendo cantidades adecuadas.

  • Mejora en los procesos digestivos

La presencia de enzimas en el proceso digestivo evita los muchos síntomas de una mala digestión, menos gases, distensión abdominal y menor tendencia al estreñimiento o la diarrea.

  • Reducción de los síntomas por reflujo gastroesofágico (ERGE)

Un exceso de ácido en el intestino trae consigo efectos no deseados, pero incorporar alimentos con enzimas naturales puede equilibrar el pH del intestino a valores adecuados.

  • Mejora del intestino permeable

Si se padece el síndrome de intestino permeable, las enzimas pueden desempeñar un papel clave en el proceso de curación ya que pueden facilitar el proceso digestivo y reducir el “estrés” en el intestino.


Enzimas digestivas: una solución natural para problemas digestivos comunes

Existen ciertos trastornos que pueden dificultar la secreción de suficientes enzimas digestivas para digerir completamente los alimentos. Algunas son consecuencia de la genética y otras, simplemente, consecuencia de la edad.

La más conocida es la intolerancia a la lactosa que puede tener un carácter hereditario, puede ser persistente o no o se desarrolla a raíz de otras enfermedades como la celiaquía o Crohn que dañan la pared intestinal.

El aporte de alimentos ricos en enzimas digestivas puede acelerar la digestión de ciertos nutrientes. Entre ellos hay que destacar frutas tropicales como las ya mencionadas piña y papaya, kiwi, mango y verduras fermentadas.

También es importante destacar que existen en el mercado farmacéutico, complementos alimenticios que contienen una mezcla enzimática de amilasaproteasalactasalipasa y celulasa, así como carbonato de calcio, bicarbonato de sodio, hinojo y jengibre que contribuirán a mejorar los procesos digestivos.

¡Que el menú de hoy no te fastidie la sobremesa!



Bibliografía:

1. https://ruc.udc.es/dspace/bitstream/handle/2183/11332/CC-77%20art%202.pdf?sequence=1