¿Sabías que en tu intestino habitan trillones de microorganismos que trabajan incansablemente para mantenerte sano? Este pequeño universo interno, conocido como microbiota intestinal, desempeña un papel crucial en el sistema inmunológico. Si tú o tus hijos sufrís infecciones frecuentes y terminas recurriendo a antibióticos varias veces al año, es hora de entender cómo la microbiota y la inmunidad están conectadas y qué puedes hacer para cuidarlas.
La microbiota intestinal es el conjunto de bacterias, virus, hongos y otros microorganismos que viven en nuestro tracto intestinal. Aunque puede sonar extraño tener bacterias dentro de nosotros, muchas de ellas son beneficiosas y ayudan en procesos vitales como:
Un desequilibrio en la microbiota, conocido como disbiosis, puede debilitar el sistema inmunológico y aumentar la susceptibilidad a infecciones.
El estilo de vida moderno, con dietas poco equilibradas, estrés constante y uso frecuente de antibióticos u otros medicamentos que afectan al ph del estómago y al ambiente del intestino, puede alterar la microbiota. Aquí mencionamos algunos factores comunes que la afectan:
Por ejemplo, si tus hijos toman antibióticos varias veces al año, su microbiota podría quedar debilitada, lo que a su vez afectará sus defensas y los hará más propensos a nuevas infecciones. En este caso, la administración de ciertos probióticos puede ayudar a reequilibrar la microbiota y minimizar así los posibles efectos negativos de los antibióticos.
Afortunadamente, hay hábitos sencillos que pueden ayudar a mantener la microbiota en equilibrio y fortalecer el sistema inmunológico:
Cuando la microbiota está equilibrada, el sistema inmunológico responde mejor ante virus y bacterias. Por el contrario, una microbiota alterada puede dejar las defensas vulnerables. Esto es especialmente importante en los niños, cuyo sistema inmunitario aún está en desarrollo.
Por ejemplo, un estudio reciente mostró que niños que tomaban suplementos de Lactobacillus rhamnosus GG presentaban menos episodios de infecciones respiratorias y, cuando enfermaban, los síntomas eran menos severos.
Fortalecer la microbiota es una inversión en tu salud y la de tu familia. Con pequeños cambios en la alimentación y el estilo de vida, puedes ayudar a prevenir infecciones y reducir la necesidad de medicamentos. ¡Tu intestino y tu sistema inmunológico te lo agradecerán!