Aunque biológicamente no es una estructura viva, el cabello es importante para tu salud y bienestar general porque es uno de los primeros aspectos en los que el resto de las personas pueden fijarse en ti. Es parte importante de tu identidad, es decir, de nuestra imagen y nuestra personalidad. Mantenerlo en buen estado es una necesidad.
El cabello es un filamento de estructura cilíndrica que crece en el cuero cabelludo y se divide en dos partes: una interna constituida por la raíz y folículo y otra externa, el filamento en forma de tallo que es la parte visible propiamente dicha.
Cutícula: la capa más externa y sin pigmentación, cuyo objetivo es regular la hidratación y la protección de las agresiones externas.
Corteza: es la mayor capa en la estructura del cabello y responsable de proporcionar elasticidad y resistencia al pelo. Aquí se encuentra la melanina, es decir, el pigmento que da color
Médula: es la capa más interna formada por células córneas.
Vaina externa: se puede decir que es la prolongación de la epidermis (la capa más externa de la piel) y rodea al folículo piloso
Vaina interna: entre la raíz y la vaina externa
Bulbo piloso: formada por varias células germinativas que se encarga del crecimiento del cabello. Es la parte más voluminosa de la raíz del folículo.
Papila dérmica: con abundantes nervios y vasos sanguíneos en su estructura, alimenta el pelo y es responsable del ciclo piloso.
Músculo erector del pelo: fibras musculares lisas que elevan el pelo a causa de un estímulo
Glándula sebácea: Da lugar a grasa que se extiende por el cuero cabelludo para proporcionar hidratación y protección
Matriz: zona de la raíz que contiene células madre
Básicamente el pelo está formado por tres elementos: proteínas, lípidos y agua
Suponen el 80% del peso del cabello, aunque signifique un 28% de la composición. Son la base de cada filamento, aportan fuerza y flexibilidad. De su cantidad depende un cabello sano y que nuestro pelo no se caiga ni se vuelva quebradizo.
Queratina: Son proteínas de cadena larga de aminoácidos con gran contenido en azufre. La queratina del pelo no se disuelve en agua y es resistente a la degradación. La resistencia del pelo es consecuencia de las uniones fuertes que se establecen entre moléculas de azufre y la cisteína que se trata del “aminoácido ladrillo” que construye el cabello.
Melanina: Exactamente no se trata de una proteína sino de un derivado de un aminoácido que se llama tirosina. Es la que da color a la melena. Y su producción se va reduciendo con la edad dando paso a las canas.
En este caso hay una gran variedad, incluyendo ácidos grasos, fosfolípidos, ceramidas, escualeno, triglicéridos y colesterol. Supone el 2% del total de la composición del cabello.
Las funciones principales de los lípidos son las de lubricar, rellenar (entre las proteínas manteniéndolas unidas) y proteger de la deshidratación capilar
Tiene funciones similares a las de los lípidos porque también se encarga de rellenar y proteger. El 70% del cabello es agua. De ahí la importancia de conservar la hidratación del pelo si queremos un cabello sano
A todo esto, hay que añadir la presencia de micronutrientes como el hierro, el zinc, magnesio, cobre, el azufre y vitaminas A, C, D, E y del grupo B, destacando la biotina.
Tampoco hay que olvidar la presencia de colágeno que forma parte de la estructura de la piel y, por tanto, del cuero cabelludo y contribuye a un buen soporte capilar.
Es cierto que, en determinadas épocas del año, el pelo puede verse más castigado, pero es normal. Sin embargo, existen otros factores como el estrés, malos hábitos a la hora de cuidarlo, determinados medicamentos o trastornos hormonales que pueden incidir en una pérdida de pelo, debilitamiento y falta de brillo.
Presta atención a estos consejos que pueden ayudarte a lucir un cabello sano:
¡Melenas al viento!
Bibliografía: