Los antioxidantes son compuestos que ayudan a proteger nuestras células del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que pueden contribuir al envejecimiento y a diversas enfermedades crónicas. En los últimos años, los antioxidantes han ganado popularidad en el ámbito de la salud y el bienestar, a menudo promovidos como esenciales para mantener una vida saludable y prevenir enfermedades. Sin embargo, la pregunta clave que muchos se hacen es: ¿cuándo es realmente necesario tomar antioxidantes? ¿Debemos incluirlos en nuestra dieta diaria, recurrir a suplementos, o ambos?
Los antioxidantes son moléculas que pueden prevenir o retrasar el daño celular porque consiguen neutralizar los radicales libres. Aunque hablaremos más adelante de ellos, hay que decir que los radicales libres son compuestos altamente reactivos producidos por el cuerpo durante procesos metabólicos normales y su producción aumenta debido a factores externos como puede ser la contaminación o el tabaquismo. Al ser inestables, buscan estabilizarse reaccionando con otras moléculas, lo que puede conllevar el daño de células, proteínas y ADN. De ahí la importancia de los antioxidantes.
Existen diversos tipos que se encuentran en una gran variedad de alimentos. Los más conocidos se encuentran en:
Pero el cuerpo humano también produce antioxidantes de manera endógena, como el glutatión: es un antioxidante crucial y uno de los más potentes del cuerpo humano que se encuentra en casi todas las células del cuerpo y desempeña múltiples funciones vitales para la salud.
Por tanto, el equilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes es esencial para la salud. El exceso de radicales libres, que veremos a continuación, puede conducir a un estado conocido como estrés oxidativo, asociado al envejecimiento y a diversas enfermedades crónicas.
Son moléculas altamente reactivas muy inestables que puede iniciar una cadena de reacciones perjudiciales en las células.
Los radicales libres se generan en el cuerpo humano de manera natural, a través de varios procesos metabólicos y fisiológicos como:
Entre los factores externos que contribuyen a la formación de radicales libres encontramos:
Los radicales libres, al reaccionar con compuestos celulares como lípidos, proteínas y ADN, pueden causar un significativo daño celular. Este se conoce como estrés oxidativo y está asociado a una serie de efectos adversos para la salud:
Como vemos, los radicales libres son una parte normal del metabolismo, pero pueden causar un daño significativo en el cuerpo, es decir, estrés oxidativo, si no se regulan adecuadamente. Por ello, el cuerpo humano ha desarrollado múltiples mecanismos de defensa para neutralizar los radicales libres y minimizar el daño oxidativo.
Tomar complementos que contengan antioxidantes como el resveratrol, glutatión, vitamina C, vitamina E y selenio puede ser beneficioso en ciertas circunstancias como:
Algunos consejos prácticos que te pueden resultar útiles para lograr y mantener este equilibrio serían:
Bibliografía:
2. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182007000100002